Una lucha silenciosa acompañada por el amor de su familia: la historia del Patón Bauza

Acompañado por su esposa, Maritza Gallardo, y su familia, el Patón vive esta etapa con serenidad y rodeado de afecto. En diálogo con el diario Expreso, Gallardo contó cómo transitan este proceso y cómo aprendieron a convivir con la enfermedad sin perder la esperanza ni la calma. “Al principio fue un shock. Nunca pensás que una persona tan joven y saludable va a pasar por esto. Con el tiempo entendí que era necesario hablarlo en voz alta”, relató.

El diagnóstico llegó hace cuatro años, luego de varios estudios motivados por olvidos y cambios de comportamiento que preocuparon a su entorno. “Él nunca se dio cuenta de que estaba enfermo”, confesó Maritza.

Hoy, la rutina de Bauza es tranquila. “Edgardo ya no se comunica verbalmente, pero siempre está de buen humor. Vive en paz, y eso también nos da paz a nosotros. Lo importante es que recibe nuestro cariño todos los días”, contó su esposa, quien lo acompaña junto a su hijo menor, Nicolás, y el resto de la familia.

Los homenajes también se convirtieron en parte de su vida. En la tradicional Noche Blanca, Bauza volvió al estadio donde fue feliz para recibir un reconocimiento que emocionó a todo Ecuador: hinchas, ex jugadores y dirigentes lo aplaudieron de pie. Su sonrisa, en medio de la ovación, dijo más que mil palabras.

Tiempo después, Liga de Quito inauguró el Centro de Alto Rendimiento de Pomasqui “Edgardo Bauza”, un homenaje que su familia vivió como una forma de mantener viva su huella. “Fue muy emocionante. Es como inmortalizar su legado en el club”, expresó Maritza.

Impulsada por esos reconocimientos, la esposa del Patón decidió participar del documental “La cima de la vida – el valor de la memoria”, producido por la Fundación TASE, con el objetivo de visibilizar las enfermedades neurodegenerativas. “Estas enfermedades todavía son un estigma, y eso hace que los cuidadores se sientan solos. Por eso es tan importante hablarlo, buscar grupos de apoyo y compartir experiencias”, señaló.

Más allá de las causas médicas (que algunos vinculan a los repetidos cabezazos que dio durante su carrera como defensor), lo que permanece intacto es el legado. Bauza será recordado por su pasión, su respeto y su entrega. “El cariño de la gente se lo ganó él mismo. Siempre fue honesto y amó lo que hacía. Ese será su gran legado”, cerró Maritza.